De las tres autopistas que rodean las capitales provinciales de Panamá, el Atajo Penonomé ofrece la mayor relación costo-beneficio ya que sus 8 kilómetros atraviesan principalmente terrenos abiertos, minimizando las interrupciones y ahorrando al mismo tiempo casi 6,5 kilómetros de viaje en la Ruta Interamericana 1 existente, donde se pierde tiempo debido a intersecciones a nivel. La Ruta 1 gira hacia el norte por más de 3 kilómetros a través del centro de Penonomé y luego debe regresar esa misma distancia hacia el sur, mientras que el “Atajo” de la Ruta 1X continúa la alineación básica este-oeste de la carretera principal de Panamá que corre a lo largo del istmo.
Existe suficiente demanda de tráfico para permitir que este proyecto sufrague sus costes de construcción y mantenimiento íntegramente con peajes. Es necesario formar un consorcio compuesto por intereses inmobiliarios y de construcción locales para trazar la alineación exacta de la autopista y luego identificar las parcelas adyacentes adecuadas para el desarrollo futuro recientemente habilitadas por la infraestructura de transporte. Estos deben adquirirse incluso antes de que se autorice la expropiación del derecho de vía real, a fin de capturar la apreciación del valor de la tierra. Aprovechar estos beneficios para el beneficio público, sumado a los ingresos por peajes, acelerará el pago de los bonos vendidos para la financiación inicial de la construcción.
Estos tres proyectos complementan, en lugar de competir, con el ferrocarril híbrido de carga y pasajeros de semialta velocidad propuesto para correr hacia el oeste desde la Ciudad de Panamá a través de Coclé, Veraguas y Chiriquí hasta David y, en última instancia, Costa Rica. El ferrocarril da cabida a pasajeros que de otro modo estarían conduciendo, lo que aumenta la congestión en las carreteras y desperdicia combustible. Cambiar el movimiento de mercancías de camiones a trenes alivia la tensión en la carretera y reduce los retrasos causados por los camiones que se mueven lentamente. Las autopistas eliminan el tráfico de vehículos de los centros de las ciudades, lo que las hace más propicias para una reurbanización lucrativa alrededor de las estaciones de tren.
Los impactos ambientales y comunitarios deben evaluarse y mitigarse en las primeras etapas del proceso de planificación. Suponiendo que las autoridades locales acojan con agrado esta propuesta para acelerar el tráfico desde el centro de Penonomé y para el desarrollo industrial a lo largo del nuevo corredor al sur de la ciudad, su rápida aprobación debería, a su vez, acelerar el financiamiento inicial para pagar los estudios, ajustes a la ruta si necesarios, mitigación de los impactos ecológicos y reubicación de los pocos residentes desplazados por la adquisición de propiedades.